Autor: Alfonso Reyes
Cárdenas
El ritmo frenético de la
sociedad moderna ha conllevado a que todos sus actores deban avanzar a
velocidades antes no maginadas, esto permitió que las nuevas generaciones gocen
de unos adelantos tecnológicos que hasta hace algunos años parecían sacadas de
la mente del gran Julio Verne. Pero todo este desarrollo del que conocemos y
gozamos hoy día tuvo sus orígenes hace mucho tiempo, en donde el proceso
evolutivo natural del hombre lo a impulsado siempre a buscar la mejor forma
para afrontar cada situación presentada a lo largo de su existencia,
desarrollando técnicas para la simplificación de sus actividades cotidianas y
acumulando conocimiento para afrontar los retos que se presentaban en su diario
vivir.
El desarrollo del saber y
del pensamiento necesariamente impulso a los grandes intelectuales de la época a
definir la ciencia de acuerdo a diferentes corrientes del saber, uno de ellos
fue Thomas Kuhn en 1962, el considero que la ciencia se enfrentaba a periodos
estables los cuales denomino la ciencia normal tiempo durante el cual la
comunidad científica se enfrentaba a paradigmas que resolvían problemas que
eran objeto de investigación en ese momento, estos se caracterizaban por
presentar poca innovación al estar centrados en resolver el paradigma objeto de
estudio, pero que necesariamente acumulaba un gran número de situaciones sin
resolver que conllevaba al o que Kuhn definió como la ciencia Revolucionaria,
este periodo se caracteriza por la aparición de paradigmas alternativos que
impulsa un cambio en la forma de ver los problemas y como debían estos ser
afrontados, una vez conseguido esto se volvía nuevamente al periodo normal.
La naturaleza humana está
orientada a la búsqueda permanente de acciones que permitan el mejoramiento de
sus condiciones y de resolver las situaciones presentadas, una vez logrado esto
tiende a entrar en un periodo de relajamiento y conformismo que lo hace relajar
hasta encontrar un nuevo reto o situación a resolver.
Como producto de la
evolución biológica natural el hombre desarrollo habilidades naturales para
enfrentar diferentes situaciones, esto dio origen a la técnica que se desarrolla
sin ayuda de un conocimiento científico permitiendo que el hombre logre adaptar
su entorno a sus necesidades. Este desarrollo dio paso al concepto de
tecnología que según Quintanilla 1988 definió la tecnología como un grupo de
sistemas diseñados para desarrollar una función específica detallando cinco
características claves que la distinguen: 1. Realizabilidad, hace referencia a
que toda tecnología se puede materializar o llevar a cabo, 2. Carácter Sistémico,
indica que hace parte de un sistema que se interrelaciona con diferentes
actores, 3. Heterogeneidad, compuesta por diferentes elementos, 4. Relación con
la ciencia, la tecnología es la ciencia aplicada, es conocimiento científico
materializado, 5. División del Trabajo, crea relación de dependencia entre los
diferentes actores.
Todos estos desarrollos
ha impulsado cambios tanto positivos como negativos si se quiere en las
organizaciones y los miembros que la integran, haciendo que los gerentes de hoy
día se vean en la búsqueda permanente de herramientas que permitan hacer más
competitivas y productivas sus organizaciones, esto impulsado por el mercado
que demanda productos con atributos como calidad, precio, funcionalidad y un
factor diferencial clave para sobresalir en el gran océano tormentoso que
plantea la competencia en el mercado en que se desenvuelve. Para ello es clave
estar en una búsqueda permanente de investigación y desarrollo que le permita
generar nuevos productos o que conlleven a la evolución o mejoras de los que se
manejan en la actualidad.
Sin lugar a duda la
introducción de la tecnología en las empresas permito alcanzar altos niveles de
productividad, desempeño y mejoras en los procesos pero trajo inevitablemente
transformaciones sociales en las organizaciones, como el desplazamiento del
hombre en labores mecánicas o cotidianas que fueron sustituidos por maquinas
que realizaban esta función de manera más eficiente y económica, esto conllevo
a que el hombre as especializara en tareas que conllevaban un porcentaje
intelectual más alto o tareas que consistían en verificar el correcto
funcionamiento de los equipos con los que disponía la organización.
El factor humano y su
modo de interrelación con sus semejantes a sufrido cambios bruscos debido a la
dependencia tecnológica, haciendo que los miembros de las organizaciones
pierdan parte del factor humano relacionado con la comunicación informal, este
fenómeno necesariamente se ha trasladado a la sociedad en general en donde si
bien es cierto se han roto barreras en el ámbito de comunicaciones no se puede
negar que los individuos se sienten más cómodos entablando conversaciones a
través de dispositivos electrónicos que confrontando directamente a su interlocutor.
Esto de alguna manera a impactado negativamente en el clima organizacional
debido a que el escaso contacto con sus compañeros y entorno facilita que no se
tejan lazos de fraternidad, camaradería, apoyo y compromiso entre los miembros
que la componen, es ahí en donde hay que jugar un papel determinante para
impedir llegar a este punto que podría impactar negativamente en la
productividad de las organizaciones.
Finalmente lo que se
busca es alcanzar un equilibrio entre las metas y objetivos trazados por la
entidad y los medios que esta utilizara para conseguirlos, todo esto apoyado en
las bondades que la tecnología ha significado para el desarrollo competitivo de
las empresas, pero también se debe valer por el factor humano, su bienestar y
los vínculos que se pueden generar en su interior, esto necesariamente
repercutirá en el entorno en el que se desarrolla el individuo rescatando
valores esenciales para la convivencia y bienestar de todos los que lo
componen, apoyados por lo que se siempre se ha pregonado y demostrado que la
familia es el núcleo más importante que compone la sociedad.
BIBLIOGRAFIA
GARCIA,Eduardo. GONZALEZ,juan. LOPEZ,jose.
LUJAN,jose. GORDILLO,mariano. OSORIO,carlos. VALDES,celida. Ciencia, tecnología
y sociedad: una aproximación conceptual. Pp. 11-23, 34-43.
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